Toda nuestra Demencia procede de nuestra manera de vivir, excesivamente artística. Esta vida artística que sabemos que no es la verdadera.
Esta obligación moral de formar parte de algo más duradero que nosotros mismos. Las marcas van y vienen, pero el terroir, ese enigmático concepto que deambula entre el ser y el no-ser, permanece.
Como quien afirma que: no es el autor de la novela – Cervantes – quien mejor conoce las intimidades de la misma, sino que son las criaturas representadas por el narrador las que se imponen y realmente crean; de la misma manera, el viñedo y la uva imponen nuestro camino, y nosotros en su verdad, vivimos.