Young At Heart

Fairy tales can come true
It can happen to you if you’re Young at Heart.

Hay parajes y nombres que se transmiten de generación a generación, pasaba con las leyendas de los indios americanos, como en la que se cuenta cómo una noche un niño le preguntó a su abuelo:

– Tengo un dilema: Siento que tengo en mi interior a dos lobos luchando constantemente, uno de ellos, está lleno de rabia e ira; el otro, en cambio, está lleno de amor, luz y generosidad. Me gustaría saber quién va a ganar.
El abuelo, se toma unos momentos para meditar y le contesta sereno:
– Ganará aquel al que tú alimentes.

Transmisión verbal, así me ha llegado a mí la historia del Camino de los Caños. Los Caños aparece en los papeles del Catastro como Los Baños, error de transcripción que pretendemos corregir.

Los Caños es un paraje villafranquino tradicionalmente valorado por su adaptación al cultivo de la Vid. Nos cuentan en el bar de Pitillo que «toda esa zona estaba repleta de viñedos que se plantaron a principios del siglo XX, que daban muy buena uva y sana, y que se han ido abandonando paulatinamente hasta quedar a poulo. Todavía quedan la viña de Toño, de Lisardo y la de la Caseta.»

Paraje Los Caños

Por el Callejón del Pino, en Villafranca del Bierzo, nace el Camino de los Caños. Este camino transcurre por una canalización que algunos dicen traía agua a los Padres Paules, y otros dicen que a la Iglesia de San Francisco.

Toño y Juan se enredan en acalorada discusión pero llegan a buen término: lo harían unos, y luego lo aprovecharían los otros. Esas discusiones de antes que son diálogos.

La canalización es muy vieja – me comentan que construida en torno a mil setecientos – y hecha de piedra. A lo largo de la misma había majestuosos registros también en piedra. El Camino de los Caños termina en el Casar de Ledo. Antiguamente, la gente cogía agua en las alcantarillas de estos registros para tratar los viñedos pero los padres paules, tan cuidadosos con sus cosas, candaron estos registros y la gente tuvo que dejar de usar ese agua para sus tratamientos.

Por este camino caminaban los mozos del pueblo, a veces con pretensiones de agasajo y coqueteo, y en otras ocasiones con fines ociosos y de pasatiempo. Algunos de ellos se metían en el canal a jugar con linternas, en algunas zonas esta obra es de tal altura que hasta les permitía ponerse de pie.

Por debajo de Los Caños, donde ahora hay un nogal, también surge otra canalización que va recto hacia el albergue municipal, y que cruza directo a suministrar agua para el castillo. Este canal ahora no trae ni agua.

En nuestros días en Los Caños apenas hay viñas, ni niños jugando, ni galanes cortejando; y el Camino está cegado por falta de uso. En el cementerio, justo en frente, descansan en lo alto generaciones de villafranquinos que seguro que apreciarían la recuperación de este camino por el que volvieran a pasear bien los mozos del pueblo, bien inquietos turistas que visitan la noble villa, o devotos peregrinos que buscan descanso en sus paredes.

2 comentarios en «Young At Heart»

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.