Villafranca del Bierzo más que un pueblo es una Inspiración. Por esta villa pasaron escritores, aristócratas, monjes, músicos, poetas y otras gentes que disfrutaron de sus piedras, sus calles, sus ríos, y ¿cómo no? de sus viñas y preciados vinos. Siempre el vino de Villafranca ha contado con una singular fama y un característico bouquet.
Los Caños es un paraje villafranquino tradicionalmente valorado por su adaptación al cultivo de la Vid. Nos cuentan en el bar de Pitillo que “toda esa zona estaba repleta de viñedos que se plantaron a principios del siglo XX, que daban muy buena uva y sana, y que se han ido abandonando paulatinamente hasta quedar a poulo. Todavía quedan la viña de Toño, de Lisardo y la de la Caseta.”
A este paraje también llegó la Phylloxera que aniquiló la totalidad del viñedo. Por eso en 1905 se replantaron estos viñedos a toda velocidad con plantas procedentes de los viveros de la cercana Galicia. Fundamentalmente se emplearon plantas de variedad Mencía, pero intercaladas entre ellas encontramos plantas de uva palomino, doña blanca, garnacha tintorera, torrontés, estaladiña, brancellao y… un centenar de plantas de un excelente godello, una casta de godello viejo de ciclo corto, muy sensible al sol y que presenta racimos de reducido tamaño.
Produce vinos que en boca son amplios, untuosos y sabrosos, que alcanzan razonables niveles de alcohol manteniendo una adecuada acidez.
El Nacimiento de un Vino.
Tras 7 años de implementación de técnicas agricultura ecológica finalmente en la cosecha 2017 pudimos conseguir la cantidad y calidad adecuada de uvas para acometer una elaboración diferenciada de manera ancestral. La vendimia tuvo lugar el 21 y 22 de agosto de 2017 a primera hora de ambas mañana, pues no queríamos someter la uva a enfriamiento; realizamos un prensado manual muy cuidadoso con la mínima intervención en la elaboración, la fermentación se produjo de manera espontánea y lentamente en un pequeño depósito, al final de la misma introdujimos el vino en una barrica donde tuvo lugar una posterior crianza de mes y medio.
Nuestro Primer Demencia Godello.
El vino descansó durante todo el invierno mientras completó su crianza en depósito con presencia de lías. Sometimos al mismo a numerosos trasiegos para que quedara limpio de manera natural. En este tiempo el vino se fue redondeando ganando complejidad, equilibrio, salinidad y estructura. Decidimos que íbamos a tener nuestro primer Demencia blanco.
Ficha Técnica: Demencia Godello 2017.
Viñedo.
Año Plantación: 1905.
Densidad Plantación: 4200 plantas/ Ha
Conducción: En Vaso.
Suelo: Franco Arcilloso en ladera con mezcla de elementos gruesos.
Orientación: Sur.
Altitud: 600 m
Añada.
Año de extraordinaria sequía, precedido de un invierno muy templado; todo el norte de España fue sacudido por una tremenda helada los días 26 y 27 de abril, con la viña muy avanzada, y generando importantes pérdidas de producción y consecuentes daños en el viñedo.
Elaboración.
Fermentación: Depósito de Acero Inoxidable.
Levaduras: Autóctonas.
Fermentación Maloláctica: No.
Crianza: 45 días en barrica de roble húngaro y 4 meses en depósito sobre lías.
Estabilización: No.
Filtración: 0,9 micras.
Embotellado: Marzo 2018.
Total Botellas: 272 unidades.
PVP: 28,00€
Análisis Vino.
Grado Alcohólico: 12,80%
Acidez Total: 7,20
pH: 3,08
Acidez Volátil: 0,58
Ácido Málico: 1,01
En Mallorca el Club Demente ha tenido la suerte y el privilegio de hacerse con 3 botellas vía la extraordinaria distribución de Juan Ayerbe. A priori, estamos seguros de que para hacerse con la insignia Demencia en la botella debe tratarse de un vino muy especial.
Como la impaciencia es una de nuestras confesables virtudes, procedemos a la cata si no ciega, sí limpia por cuanto sólo disponemos de la nota del blog para intuir las características del vino.
Tras luchar con el tapón de silicona (poco apto para sacacorchos convencional), lo que sale de la botella es un blanco de color oro pajizo que sorprende para su juventud.
En nariz se aprecia muy herbáceo, con hinojo, manzana verde, melón verde y tras aireación un matiz de anisados y piel de plátano.
En boca tiene un ataque muy redondo, combinando perfectamente acidez y grado alcohólico en un sustrato untuoso y muy pleno con persistencia media. Mineralidad espectacular.
Nada astringente como podría esperarse por su juventud. es un vino muy bien trabajado para dar un resultado maduro y listo para beber desde el primer momento.
En resumen, otra delicia de Demencia de Autor que dada su producción, no hará más que agrandar su leyenda con el tiempo.
Corred a conseguirlo !