Algo se acaba. Es Nochevieja y Emilio hace alarde de conocimientos transaccionales y me presenta una aplicación (app) que permite adquirir bienes desde su teléfono móvil.
– Emilio, no comparto estos medios, estoy a favor del trabajo, la verdad y la vida.
Platón fundamentó el nacimiento del Estado como una reacción ante la incapacidad del individuo de auto-abastecerse de cuantos bienes le son necesarios, así los hombres se reúnen en sociedad para producir e intercambiarse los bienes que cada uno de ellos produce.
Pero desde Platón hemos evolucionado algo, ¿no? ¿hacia dónde?
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– ¿Dónde vas? ¿Cómo llevas la poda?
– Vamos tirando.
– ¿Puedo ir a podar mañana contigo? Te echaré una mano.
– Llevo almuerzo.
– Hoy por ti, mañana por mí.
El trueque es el intercambio de objetos o servicios por otros equivalentes, se diferencia de la compraventa habitual en que no intermedia el dinero en la transacción.
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– Han venido unos magos al mercado de Cacabelos con perfumes de Oriente. Dicen que tienen propiedades eróticas.
– ¿qué hay que hacer para conseguir uno?
– Cada bote de 20 mililitros se canjea por una onza de hierro.
– ¿no vale un bocoy de Mencía?
– No, no beben vino.
El trueque presentaba dificultades para algunas transacciones, por lo cual comenzaron a aparecer distintas formas de «mercancías-moneda». Así aparece el dinero que no deja de ser cualquier objeto de valor claramente identificable que es aceptado de forma genérica para el pago de bienes, servicios y deudas en un mercado. Oro, wolframio, joyas, arte… y finalmente moneda.
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– ¿Sabes cuánto vale un piso en Ponferrada?
– No necesito una casa en Ponferrada.
– ¡Mira qué vistas tiene!
– ¿Qué quieres? Que me pase la vida mirando a una muralla.
– Hoy vale 100, mañana 200.
La especulación consiste en la compra (o venta) de bienes con vistas a su posterior reventa (re-compra), cuando el motivo de tal acción es la expectativa de un cambio en los precios y no la ganancia derivada del uso y disfrute de esos bienes.
Una operación especuladora busca no disfrutar del bien o servicio involucrado, sino obtener un beneficio de las fluctuaciones de su precio, se aplica a aquella inversión que no conlleva ninguna clase de compromiso ni con la gestión de los bienes en los que se invierte, ni desde el punto de vista emocional y creativo.
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Una camisa a cambio de una consulta médica y un libro por un kilo de fruta. En la actual economía global, el nuevo trueque es una actividad económico-social de complemento que ayuda a paliar los desajustes entre los más ricos y los más desfavorecidos.
El trueque es considerado, por tanto, una forma de economía solidaria, en la que todos colaboran entre sí al ser productores y consumidores a la vez, conocidos como prosumidores, en una relación transparente y equitativa. Además contribuye a mejorar la situación de depresión en que se encuentran los grupos sociales excluidos del mercado de trabajo.
El trabajo es esencial para la sociedad y para el individuo, y su principal valor es el bien de la persona ya que la realiza como tal, con sus actitudes y sus capacidades intelectuales, creativas y manuales.
El trabajo no sólo debe tener un fin económico, sino ante todo debe constituirse como un medio que atañe a la dignidad humana; para el ser humano es necesario implicarse en cosas que generan algo más que un salario.
Consagrar algo de alma en lo que haces, y sentir que puedes vivir con lo que obtienes es algo mucho más satisfactorio que una simple moneda de cambio.