El Mordisco del Cocodrilo

Una historia de cuando todo podía ser diferente hoy que ayer, de insatisfacción y placer, de deseo y felicidad.

Un tinto de la añada 2013. Lo quisimos elaborar inspirándonos en las elaboraciones del sur pero respetando el espíritu berciano apoyándonos en la variedad autóctona Mencía.
La idea fue tratar de provocar una crianza biológica bajo velo de flor. No llegamos a conseguir que ese velo se constituyese totalmente, pero sí que hubo una presencia importante de flor en la bota.

«Creo que en el encabezado (hicimos un leve encabezado con aguardiente que obtuvimos de nuestros orujos Demencia) se me fue un poco la mano, y esto impidió que se formara el clásico velo de flor, pero sí que hubo presencia de la misma durante el inicio de la crianza.» La crianza prosiguió de manera oxidativa, afinándose sabores, redondeándose el vino y ensamblando su origen biológico.

Con mi experiencia y conociendo la elaboración me he ido a encasillarlo como un Oloroso, pero he mandado unas muestras a catar a técnicos en Jerez y El Puerto de Santa María y me comentan que se detecta esa crianza biológica inicial, y que por tanto ellos lo encasillarían casi como un Amontillado; pero en cualquier caso no es bueno encasillar y concluimos que este vino tiene su personalidad, tiene mucho que decir.

La semana pasada estuve probándolo en Madrid entre alguno de nuestros clientes más especiales y ha tenido singular aceptación destacándose la finura de su tanino y lo poco agresivo del mismo, algo que para un vino tinto del norte puede resultar muy complicado.

Queremos continuar con la investigación en este tipo de elaboraciones ya que, aunque ahora estén de moda, nosotros comenzamos este camino ya en el año 2013 y estamos obteniendo buenos resultados e interesantes conclusiones para la elaboración de otros vinos de nuestra casa.

Hemos realizado nuestra primera saca con una producción total de 105 botellas de 500 mililitros, y se comercializa a un precio de 26,00€

2 comentarios en «El Mordisco del Cocodrilo»

  1. 3 botellas de El mordisco del cocodrilo han llegado a Mallorca y como es de suponer no hemos podido resistir la tentación propia de los dementes confesos. Ha sido catado al alimón con Cristina Pérez y Juan Luis Biedma, conocidos por muchos por su brillante curriculum y espectacular servicio al frente del restaurante Schwaiger’s de Palma.
    Aún estamos atónitos. En nariz da las notas propias de la crianza biológica del amontillado pero en boca en lugar de frutos secos, pan de higo y demás, viene una explosión de fruta roja, negra y bayas que termina en un rastro de guinda y cereza amarena. La persistencia es larga y aún ligeramente astringente como corresponde a un vino que en botella va a madurar de una forma que se adivina espectacular.
    Las botellas que nos quedan van para catas ciegas en las que sorprender a quines crean haberlo visto, olido y catado todo …
    Por nuestra parte, aseguramos que el mordisco perfora más allá de la piel.
    Gracias, cracks ! Otro motivo para admiraros.

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